sábado, 15 de febrero de 2014

La Vida es de Promesas. Números 30

Hay ocasiones donde decimos que la vida es de hechos y no de promesas. Es muy difícil llegar al hecho sin haber hecho una promesa. Las promesas nos sirven para obligarnos hacer algo.
El problema no está en la promesa el problema está en nuestro incumplimiento. Las personas que acostumbran a prometer cosas y nunca cumplir pierden ante los demás Credibilidad y confianza.
Pero cuando prometemos y cumplimos Ganamos auto estima por qué nos sentimos bien cuando confían en nosotros y nos hacen sentir importantes.
Las promesas son para cumplirse en el mundo hay un adagio que dice: “lo prometido es deuda” y con Dios también las promesas son deudas. V 1-2 “Habló Moisés a los príncipes de las tribus de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Jehová ha mandado.  30:2 Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento ligando su alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca.
Los padres o los esposos somos cabeza en nuestro hogar por lo tanto si algún miembro contrajo obligación con una promesa que no puede cumplir es nuestra responsabilidad impedírselo para que no caiga en pecado. V  3,8 “Mas la mujer, cuando hiciere voto a Jehová, y se ligare con obligación en casa de su padre, en su juventud; Pero si cuando su marido lo oyó, le vedó, entonces el voto que ella hizo, y lo que pronunció de sus labios con que ligó su alma, será nulo; y Jehová la perdonará.
El esposo o el padre puede impedir que su familiar se comprometa pero si él no lo hace a tiempo y le impide cumplir con el compromiso una vez ya adquirido. El padre o el esposo pasaran a ser culpables. Nuestra labor de padres es enseñara el arte de la responsabilidad y el compromiso. No evitar que sean responsables. V 14-15 “Pero si su marido callare a ello de día en día, entonces confirmó todos sus votos, y todas las obligaciones que están sobre ella; los confirmó, por cuanto calló a ello el día que lo oyó.  30:15 Mas si los anulare después de haberlos oído, entonces él llevará el pecado de ella.
Antes de comprometerte con algo o con alguien en especial con Dios se necesita:
1. Ser realista. No prometas la luna y las estrellas. Suena bonito en una poesía. O en una canción pero en la realidad es algo imposible. No prometas llegar en un minuto a un sitio que está retirado a tres horas de tu casa si tú estás apenas saliendo.
2. Se Claro. Que los demás no entiendan algo diferente a lo que prometiste. Nuestro afán de hacer las cosas nos llevan a expresarnos mal. O preferimos que nos entiendan mal para quedar bien con ellos.
3. No Hagas promesas por presión. No dejes que las circunstancias sean las que te lleven a comprometerte. Piensa muy bien antes de hacerlo.
4. No prometas por sacar ventaja. Las promesas motivadas por el interés nunca producen gozo. Y por lo general se lo hace de mala gana.
5. No prometas solo por quedar bien con los demás. El prometer solo por quedar bien es lo  mismo que hacerlo bajo presión. El temor al que dirán es una forma de dejarse influenciar por las circunstancias.
6. No hagas promesas a la ligera. Piénsalo bien. Las demás personas pueden tomar muy en serio lo que para ti solo es en broma. Los niños creen lo que tú dices. Si les prometes a tus hijos un paseo dentro de un año cúmplelo, ellos lo están esperando desde el primer día que les prometiste y están contando los días uno a uno.

Recuerda que la vida esta compuesta de pequeñas promesas es inevitable no prometer. El problema no está en las promesas el problema está en nuestro incumplimiento.

      


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