Jesucristo es el candelabro que proyecta luz a través del espíritu santo. V 4 “Y esta era la hechura del candelero, de oro labrado a martillo; desde su pie hasta sus flores era labrado a martillo; conforme al modelo que Jehová mostró a Moisés, así hizo el candelero.”
Jesucristo también es la luz del mundo. Juan 8: 12 “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” tú y yo también podemos llegar a ser luz en medio de las tinieblas. Efesios 5: 8 “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz”
Dios quiere utilizarnos a todos los que disponemos nuestro corazón para servirle. Pero además de disponernos también necesitamos ser aptos para el servicio.
Como llegar a ser luz:
1. Lavándonos. V 7 a “Así harás para expiación por ellos: Rocía sobre ellos el agua de la expiación.” Solo Jesucristo puede lavarnos el es agua de vida. Juan 4: 14 “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”
2. Limpiándonos de toda Impureza es decir alejándonos de toda fuente de contaminación. V 7 b “y haz pasar la navaja sobre todo su cuerpo,” dejar toda impureza muchas veces causa dolor pero es necesario. Quienes han tenido que depilarse con cera saben lo doloroso que puede ser. Hay dos razones por las cuales una persona pasa por el dolor de depilarse
1. Por Higiene. Para muchas intervenciones quirúrgicas es indispensable hacerlo. Espiritualmente nos depilamos para tener una muy buena relación con Dios.
2. Por estética. Muchas mujeres lo hacen para verse mejor. Alejarnos de muchos vicios del mundo nos permite vernos mejor. Más rejuvenecidos y alentados.
3. Lavar nuestros vestidos. V 7 c “y lavarán sus vestidos, y serán purificados” El vestido es la parte que se ve. El vestido son nuestros actos. Nuestra consagración a Dios se tiene que ver reflejada en nuestros actos. Nuestras obras no nos salvan, pero si dicen quienes somos y en quien hemos creído.
Las malas amistades pueden influir en nuestra forma de actuar. 1 Corintios 15: 33 “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”
Dios quiere salvar al mundo que se encuentra en tinieblas pero para que esto sea posible se necesita de nuestra intervención. No porque Dios no lo pueda hacer sin nosotros, más bien el quiere hacernos sentir útiles. Tú y yo podemos ser esa luz que conduce al mundo por el camino de la salvación que es Cristo.
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